Sigo teniendo sueños por delante y desamores que
quedan atrás.
Sigo haciendo la típica lista de cosas por hacer.
Ya se sabe, eso de anotarse en el gimnasio, aprobar
todo y seguir trabajando bien dia a dia.
Viajar. Viajar al fin del mundo si hace falta.
Y enamorarse, claro. Compartir ese
trocito vacío que me queda en el corazón.
Seguimos comparando el uno de enero con el principio
de nuestras vidas.
Seguimos haciendo promesas y brindando con cerveza.
Sigo teniendo una poca de familia pero muy
buena, los mejores amigos y compañeros y la vida que voy queriendo
Sigo robando besos sin contrato y sigo cada paso en
la dirección correcta en el momento preciso. Nadie me hace daño si
nadie importa de verdad.
Me sigo enamorando de la manera de vivir de las
personas. Me enamoran los momentos, me enamora mi vida ¿Me enamoras tú?
Basándome en el grado de ciencia
ficción contenida en tu sonrisa puedo intuir que manejas el viejo truco de nunca
desaparecer.
Basándome en historias pasadas,
prefiero merecer un beso al bajarme del auto que mendigarlo con
vueltas estúpidas. He aprendido que la vida se conforma de
oportunidades y de maneras de no buscarte para encontrarlo.
Solían darme demasiadas alas
cuando yo empezaba a buscar
raíces de algo con un poco más de sentido. Las canciones eran el único
lugar común que nos quedaba.
Podías agarrarte a mi vida con los
dientes, por el cuello, subirte a mi mundo con tus manos y colgarte de
mí, ya sabes que yo prometía sujetarte.
Nos gustaba eso de quedarnos a la
mitad de todo.
Lo de nunca llegar, pero tampoco
volver.
No supe entrar a tu vida, aunque
tampoco sabía salir. No sabía como hacer que la cama no me viniera
grande los domingos por la tarde. Querer nunca fue suficiente
porque los imposibles siempre eran demasiados.
No sabemos volar, pero no queremos caer.
No sabemos amar, pero no queremos que nos enseñen.
No importa el cuándo si existe el cómo.
Siempre pensé que el secreto
estaba en irse. Irse y dejarse algo olvidado.
A veces, la remera. En otros
momentos, el corazón. Puede que esas ganas de nada menos de querer,
tuvieran algo que decir. Buscaba el primer escalón hacia la boca
correcta, hacia el momento adecuado para volver a creer en los amores
que te vuelan la cabeza por las noches.
No solía
fiarme de los besos por contrato, y mucho menos de los autos que me llevaban a
casa de madrugada. Tenía los labios secos y más de mil preguntas
atravesadas en la garganta. La capital temblaba de las ganas que
tenía de vivirla ese año. A veces, llamaba a mi cabeza la tristeza
irreparable de los amores
pasados. A veces, la misma
pregunta y la misma razón que
me autoconvencían de aquello. La
vida tiene algo guardado para ti.
Decido entonces alejarme un par
de vidas. Tal vez un par de vías que hacian ruido cuando frenaba el
corazón. Cuando el tren se alejaba de nuestros pasos, de ti, del amor
a oscuras en el salón. No era ni el espacio más corto, ni el tiempo más
pequeño. Puede que incluso fuera al revés.
Sea como sea, supongo que la vida no es tan puta como escriben.
La vida tiene algo para ti.
Tal vez sea la remera.
Quién sabe
si un corazón.
Lo ilógico que
es darle importancia a quién no debe tenerla. Lo poco que odio y lo mucho
que me odian.
Pero el mundo
pone cada vida en su lugar. Y lo mucho que me odian, lo cambio por
lo mucho que otras personas me quieren.
YaM!!!!!!!